Aquella separación entre las Diplomaturas en la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Industrial y las Licenciaturas en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales, era sin duda alguna complicada: se trataba de titulaciones enmarcadas en el mismo campo del saber, que compartían alumnos y profesores, pero que distaban entre sí casi cuatro kilómetros. No era fácil coordinar el trabajo de los profesores y la gestión de los recursos tampoco era la más adecuada, pues debían mantenerse por separado y por duplicado en dos centros distintos.

Estaba claro que se trataba de una situación provisional que tendría fin muy pronto. Apenas uno o dos años después, durante el curso 1990/91, se creó la Facultad de Informática y Estadística, para la que se construyó un nuevo edificio en el campus de Reina Mercedes al que pronto se empezó a hacer referencia como el Edificio Rojo.

La Facultad, conocida popularmente como la FIE, supuso un gran impulso para los estudios: era la primera vez que la Universidad de Sevilla contaba con un centro único en el que se ofrecían todas las titulaciones de informática; se disponía de aulas modernas y muy bien equipadas tanto para la teoría como para las prácticas; existían laboratorios tanto de software como de hardware; los departamentos tenían asignadas zonas propias para despachos de profesores y algunas salas de investigación: por fin se contaba con una biblioteca específica de informática con casi un millar de títulos; el número de ordenadores se multiplicó por varios órdenes de magnitud; llegaron los primeros servidores y estaciones de trabajo de gama profesional; crecieron enormemente las relaciones con empresas y con universidades extranjeras; incluso se crearon dos empresas júnior en el seno de la Facultad.

La FIE fue sin duda alguna el gran impulso que los estudios de informática necesitaron para consolidarse como una de las carreras más prometedoras y con más demanda social y profesional de la Universidad de Sevilla. Para que el lector pueda hacerse una idea clara basta con mencionar que llegaron a ser casi cuatro mil los alumnos matriculados sólo en primer curso. La FIE nació pequeña, por lo que desde el primer año tuvo que tomar prestadas aulas en los centros de alrededor para poder atender al enorme número de estudiantes que querían cursar las titulaciones de informática. Las famosas Caracolas del campus de Reina Mercedes, que ahora acogen parte de la docencia del Instituto de Idiomas, se construyeron inicialmente para dar cabida a los alumnos de informática.