El curso académico 1996/97 supuso un punto de inflexión en la historia de los estudios de informática en la Universidad de Sevilla. El Consejo de Universidades aprobó la creación de tres nuevas titulaciones: Ingeniería en Informática, Ingeniería Técnica en Informática de Gestión e Ingeniería Técnica en Informática de Sistemas.

El cambio de la denominación suponía el reconocimiento público de que la informática, pese a haber nacido diplomatura y echado los dientes como licenciatura, desde el principio había tenido un marcado carácter de ingeniería, yendo más allá de la pura ciencia, aplicando los conocimientos que ésta genera al desarrollo de técnicas, métodos y herramientas con las que resolver de forma práctica y con unos costes razonables problemas de interés a nuestra sociedad.

El cambio de denominación también llevó consigo un importante incremento en la demanda por parte de los alumnos que terminaban el bachillerato. Por este motivo, una parte importante de las asignaturas volvieron a impartirse en el edificio de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales, que a partir de entonces empezó a ser conocido popularmente como el Edificio Blanco.